Recomendación del Mes: Ante las condenas de la justicia militar y la necesidad de destruir la inquisición democrática

Ante las condenas de la justicia militar y la necesidad de destruir la inquisición democrática: Llamamiento anárquico de solidaridad con el prisionero Marcelo Villarroel.

Por: Biblioteca Autónoma Sante Geronimo Caserio

Si en la década de los 80 en Chile,  muchos de nosotrxs  por razones etarias estábamos muy lejos aún de los caminos de la revuelta, el compañero Marcelo Villarroel, en tanto, ya transitaba ese andar revolucionario en un contexto de resistencia frente a una de las dictaduras más sangrientas y cruentas de América Latina: siendo muy joven ya participaba de acciones de propaganda armada de la mano del Mapu-Lautaro forjándose en un camino de acciones subversivas que lo haría transitar la prisión política, vivir y resistir la tortura, la muerte de compañerxs, y, en definitiva, ser reconocido y declarado como un enemigo del Estado, esto tras la certeza que tuvo el poder de que su postura y práctica revolucionaria no estaba sólo delimitada a un contexto histórico particular sino que se trataba de una decisión de vida. Así, en este marco, fue condenado en los años 90 a estar preso hasta el año 2043, por la realización de una serie de acciones muy bien detalladas en el texto, y con la clara determinación de apagar su rebeldía, esos al menos fueron los planes del poder. Pero para quienes deciden vivir su vida en autonomía y con miras a sostener un combate permanente en la lucha por la libertad, truncar esos planes es también razón más que suficiente para rebelarse.

Ese continuo de rebeldía es lo que nos lleva finalmente a encontrarnos en algún punto de este camino de subversión con el compañero, entendiendo que él no se sostiene simplemente en un pasado de lucha, lo que bastaría como motivo para respetar su propia historia, sino que más importante aún, reconociéndolo en afinidad hoy, en tiempo presente, en la idea y práctica autónoma y anárquica, por las reflexiones, tensiones y decisiones tomadas, por seguir porfiada e incansablemente a pesar de los años, porque la declaración de guerra no fue momentánea, sino que se mantiene y reafirma constantemente: no se trata de anécdotas, de recuentos de acciones y años que fueron mejores, se trata de la determinación diaria de seguir en un enfrentamiento cara a cara con el enemigo, sea cual sea el escenario, desde la multiplicidad de formas que se puedan escoger para guerrear. Se trata de las últimas acciones que decidió llevar a cabo aquellos días que estuvo en la calle, tras sortear más de 11 años de prisión, se trata de cómo decidió optar por el camino de la clandestinidad cuando la cacería del poder se desató en su contra, se trata de cómo ha resistido dignamente y en consecuencia el devenir de la prisión. Se trata de reciprocidad con su entorno solidario, con sus ganas de siempre aportar a distintas instancias de lucha, de reconocerse como parte de un entorno que aún a pesar de las tensiones, quiebres y subjetividades como muy bien él mismo ha señalado, sigue resistiendo por la vía de la autonomía y el combate a la autoridad, en permanente conflictividad.

El díptico que este mes decidimos recomendar entrega información que permite conocer al compañero Marcelo en su incesante andar subversivo. Nos relata los pasos que ha seguido a lo largo de los años, sus aportes a la lucha y la maraña jurídica con que el poder ha sabido sostener su venganza. Hoy Marcelo cumple ya casi 10 años en prisión desde que fuera detenido en el marco del caso Security, su condena fue a 14 años por expropiaciones bancarias. En esta línea el poder busca a través de la aplicación de sus leyes revivir la condena a más de 40 años a la que fue condenado por la Fiscalía Militar por acciones en los años 90, con la excusa de que quebrantó el beneficio otorgado. En este sentido,  estas pocas páginas permiten distinguir razones más que suficientes para entretejer aún más las redes de solidaridad, apuntando hoy en día a este objetivo que quizás es más inmediato y que sin duda está ligado al entramado judicial que es un escenario donde el poder sabe muy bien cómo desenvolverse; la idea entonces, es fortalecer de múltiples formas la exigencia que no se vuelva a revivir e imponer al compañero esta condena judicial pasada pues el afán sin duda es retrasar su salida de la prisión… tal como señala el texto, fijarnos esa meta no nos empequeñece.

La recomendación, finalmente, se hace con la convicción de que muchas veces no es necesario leer largos libros para encontrar afinidades políticas y prácticas que retroalimenten nuestras ganas de seguir aportando al desarrollo de la guerra social desde una crítica radical, esa que tiene por fin acabar con cada engranaje que legitima el poder y la autoridad en sus diversas representaciones.  La invitación es a leer y actuar, sin excusas, sin demoras, porque el pulso de la lucha no puede ser siempre impuesto por el poder: la urgencia para nosotrxs tiene que ser hoy, porque el compañero todavía resiste la venganza carcelaria que le han impuesto, porque falta aquí en la calle junto a nosotrxs,  y eso es razón más que suficiente para solidarizar.

Materia: Carcelario
Formato: Diptico
Año: 2018
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16 páginas